jueves, 5 de mayo de 2011

Everything changes.~N.

Cuando todo parece que se soluciona algo ocurre. Un botón pulsado, una palanca que se acciona, una puerta que se cierra... Y a partir de ese momento todo cambia. Las cosas ya no son las mismas, son diferentes... Y para bien o para mal a mí no me gustan los cambios. Pero tampoco puedo hacer nada para cambiar las cosas de nuevo. Y si pudiera hacer algo, ¿por qué lo haría? Si no me gustan los cambios, ¿por qué cambiar nada?
El destino y la vida feliz no casan. Nunca lo han hecho. Son de esas cosas que no pegan. Que se ven juntas durante poco tiempo. Como esos zapatos que no conjuntan con nada o ese jersei viejo del fondo del armario. Es como un cerebrito en un típico baile americano. No pegan.
Pero claro, tampoco puedo decir que nunca lo harán. Ya sabes: nunca digas nunca.

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