miércoles, 1 de junio de 2011

They are things of my life.

Muchas veces cuando escribo un texto, realmente lo hago porque me gusta, porque me gusta expresarme a la gente, y no encuentro otra forma que no sean las palabras. Pero me pasa que cuando escribo un texto, y sé que  me gusta pero no lo reconozco y lo vuelvo a leer. Y ahí cambian las cosas. 
La segunda vez, ya no es lo mismo. Las palabras no sientan igual. Es como la ropa. Cuando vas a comprarla y te metes en el cambiador, te encanta. Te gusta como te sienta. Pero con el tiempo, cada vez te lo pones menos, hasta que pasa a ser una de esas prendas que un día cualquiera, abres el armario, la ves y ni siquiera te acordabas de ella.
Pero tengo una solución. Mis textos tendrán esa realidad que todo el mundo quiere que tengan. Serán originales. Y prometo mantener siempre la magia de las palabras.

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